viernes, 16 de febrero de 2024

ESTE BLOG

 

 

He decidido hacer un cambio drástico en este blog.[1] Hace dos años y medio que no publicaba aquí. En el ínterin, cosas de gran importancia han ocurrido en mi vida interior. Escribir se me ha convertido en una actividad difícil y menor, casi una traición a mí mismo, y publicar, un espectáculo vano para un público casi desconocido.  En mi fuero interno creo que sigo vivo, me dejan vivir, precisamente “porque” debo escribir ciertos asuntos que se gestan y desarrollarán a través de cierto tiempo de vida... Sé que cada año que pasa me convierto más en un “individuo imposible”, más imposible. Para quienes creen que las cosas ocurren con cierto fin, incluso con una finalidad en el futuro, como las semillas caen en tierra fértil y comienzan su proceso previsto, planificado, transformativo, de meses, años, y hasta cientos y miles de años, para alcanzar su forma más plena, bella y fructífera, este blog fue creado y durmió su abandono para alcanzar su finalidad subyacente, inconciente, predestinada, superior, o como quiera representársela, hoy, y en este particular sorpresivo giro y sentido. Zona de Fenómenos No Identificados llega a ser ahora una metáfora de mí mismo, y de la realidad-irrealidad de todas las cosas. Enterarse de lo que aquí comunicaré no es una experiencia para la gente “normal”, para la inmensa mayoría de las personas. Digamos que - para que se entienda con una expresión amigable, simple, política, encubierta, eficiente – no es recomendable… No será fácil acceder a este blog. No haré ningún tipo de publicidad. Lo mejor es que llegue la menor cantidad de personas, y que, de algún modo misterioso (destinal) lo hagan sabiendo (previamente) a lo que se exponen, a lo que se arriesgan, con la mente y el espíritu muy abiertos, hasta resilientes. Este blog, en adelante, representa para mí una especie de confesionario, de diario íntimo, de gabinete de mi sicólogo y terapeuta, de espejo mágico, de portal sincrónico con unas otras almas humanas, de campo de batalla, de objeto volador no identificado.



[1] Véase la Declaración Inicial de este blog (18 /01/ 2020), https://enelelqui.blogspot.com/2020/01/normal-0-21-false-false-false-es-cl-x_34.html


lunes, 16 de agosto de 2021

Personas Pasivas, Personas Creativas, Mutantes

 


 

For an adventure to be real, you need to leave the well worn path, and enter the darkness.[1]

Mike Clelland

 

Sé que voy a simplificar traicioneramente las cosas, pero – teniéndose presente que este boceto tendrá sólo un carácter gráfico y propedéutico – propondré que existen dos categorías gruesas de personas cuando leen[2], o cuando aprenden: 1) las que se someten y creen literalmente al autor (o a lo enseñado), o bien quedan subordinados a su ámbito de influencia y dependencia mental (a su mindset); 2) las que se plantan crítica-creativamente y con personalidad independiente ante el autor, o lo enseñado, lo que no impide que puedan asimilar mucho de lo leído o lo aprendido. Esta distinción básica difícilmente puede ser cuestionada, ya que posee una validez empírica universal. Al menos, es lo que he aprendido a través de mi vida, como ávido lector, y también como docente. Por cierto, esta distinción también tiene validez en muchas otras áreas del quehacer y del saber humanos.[3] Ya Aristóteles, en el ámbito de la política, señalaba que, por naturaleza, unos nacen para mandar, y otras personas, para obedecer.[4] Y esto lo digo sin el menor ánimo de menoscabar o subestimar a quienes se posicionan sumisa y pasivamente ante la existencia y ante el “conocimiento”.

Esta suerte de principio sicológico y social se vuelve extremadamente relevante cuando se aborda el tema de los Fenómenos No Identificados (FNI).[5] De más está decir que, aunque muchas veces tiene una utilidad significativa – de varias maneras - para la persona que se somete (tipo 1) a una idea, a una visión, a una enseñanza, a un orden, a un poder, a un medio, a un grupo, etc.; o también, para otra(s) persona(s) o comunidades que espera(n) sometimiento, asentimiento, alineamiento, integración, aprendizaje, funcionalidad, etc., de las demás personas, no obstante, siempre y necesariamente conlleva también un grado considerable de renuncia a la propia dignidad y al valor intrínseco de la persona que se somete sin asumir debidamente su individualidad y su capacidad de ser autónomo, diferenciado y único. Es verdad que en nuestra época el ser autónomo, único y crítico ha llegado a poseer una connotación negativa, antisocial, confrontacional, sospechosa, etc. Sin embargo, una persona crítico-creativa no tiene que tender a ser un anarquista, un rebelde, un desadaptado social, pero también es el único que puede llegar a serlo, o no

Hasta los 11 años fui un niño absolutamente tipo 1. Desde los 12 años, me convertí en un individuo completamente tipo 2, y sin descanso... Ciertamente, vivir como tipo 2 implica experimentar la vida entre los seres humanos como una bendición, tanto como una maldición. No fue mérito mío que ocurriera, sino más bien fue un accidente repentino, un evento ilógico y tal vez sobrenatural… Desde los 12 años, un acceso extraordinario de hiperconciencia y desarrollo integral de la mente – por tratar de decir algo más o menos comprensible - me llevó vertiginosamente a experimentar con intensidad la zona FNI de la realidad.[6] Por supuesto que se pueden conocer y hasta experimentar los FNI perteneciendo como persona-mente también al tipo 1, ya sea como un individuo crédulo y simple, o sea, que cree (o acepta) sin cuestionamiento crítico-creativo en los ovnis, los extraterrestres, los fantasmas, dios, los duendes, ángeles, las apariciones de la Virgen, las experiencias fuera del cuerpo, la reencarnación, el inconsciente colectivo, el tarot, o cualquier otro FNI; lo mismo que se puede ser un tipo-mente 1 escéptico, negador, intransigente, erudito, argumentativo, analítico, científico, etc., que niega, reduce o invalida todo o algún FNI, pero sin mente abierta y exploradora. Es decir, se puede reconocer una cerrazón de mente similar en un creyente-1, lo mismo que en un negador-1, por ejemplo, de los ovnis-aquí (FNI). En cambio, el tipo-mente 2 incorpora a su set mental todos los recursos síquicos y cognitivos del tipo 1, los utiliza cuando considera oportuno y de la manera que considera adecuada, pero siempre conservando su mente abierta y exploradora. Es decir, puede llegar, o no, a las conclusiones que llega condicionadamente, en cambio, el tipo 1. En mi caso, nunca he dejado de ser un cirujano riguroso y meticuloso para cortar y explorar sin anestesia las rugosidades de mi mente y de mi alma con el escalpelo de mi autoconciencia crítica. Creo que será de interés para muchas personas enterarse de estas experiencias autoexploratorias mías, tan extraordinarias y significativas como pocas historias humanas he conocido. Lo haré progresivamente, con la mayor sobriedad y honestidad posibles; pero ahora quiero concentrarme en un punto de gran importancia tanto para ustedes como para mí. De entre los amplísimos e inabarcables temas relativos a Fenómenos No Identificados (FNI), quiero espigar una cuestión particular, pero que considero de la mayor trascendencia.

En este temprano y muchas veces penoso irme reconociendo un tipo 2, a diferencia de la mayoría de mis congéneres, y, a mayor abundancia, tener que reconocerme muy pronto y además una especie de mutación al tipo 2, una suerte de mutante tipo hiper-2, o meta2,[7] acabé también identificando intuitivamente a quienes estaban más próximos a mi mutación, y diferenciándome y distanciándome – finalmente aislándome - de quienes se encuentran en el tipo 2 neto, y en el tipo 1 todavía más. Voy a poner un ejemplo del ámbito de la ufología que entenderán cabalmente quienes están bien informados en el tema. En mi post anterior mencioné la teoría de la Distorsión de José Antonio Caravaca, y expresé que me parecía “una teoría reciente que sostiene con notable síntesis y gran inteligencia una propuesta similar unificada y totalizadora de la fenomenología ‘ovni’, y de los fenómenos asociados que desafían nuestros más variados y ‘sólidos’ conceptos de realidad e irrealidad.” A pesar de presentar José Antonio una teoría original, abierta, crítica, analítica y sintética a la vez, consistente, holista, para la fenomenología FNI – probablemente lo mejor que se ha propuesto hasta hoy acerca de la fenomenología OVNI y, en general, FNI[8] -, se encuentra (solamente) en el tope del tipo 2 existencial-cognitivo. Esta apreciación mía de mutante tipo hiper2 percibida con mi superolfato2 - representa un altísimo reconocimiento para él, al ubicarlo en la cima misma de toda la abrumadora, multitudinaria y heterogénea literatura e información que se ha desplegado hasta hoy en torno a estos temas, pero también me permite descubrir sus debilidades, e ir más allá, corrigiendo, agregando, respondiendo, clarificando, reformulando, reafirmando, etc., su propuesta – en general y en particular - y sus textos. Más aún, como ejemplo de lo anterior, me permitiré la licencia de señalar cuál es, a mi modo de ver, la principal razón que impide a José Antonio, como investigador, trascender a un nivel hiper2, y superar sus propios límites y debilidades. La respuesta puede parecer muy simple: experiencia (vivencial) propia y variada en FNI. Sin embargo, tras una experiencia FNI, una sola, hay un universo escondido, una hebra tan profunda e inagotable, que las personas que no la han vivido, ni siquiera se pueden imaginar ese universo, ni conjeturar – sólo pueden teorizar intuitivamente, en el mejor de los casos -, porque está arraigado simplemente en otro plano de realidad, en una metarrealidad, a la cual la mente natural y el sistema cognitivo natural del ser humano acceden sólo en condiciones de conciencia muy particulares, generalmente involuntarias, y ocasionales. Sólo cuando se está ADENTRO de una experiencia FNI se puede acceder – aunque sólo sea un atisbo - al plano de realidad B (como lo llama J.A. Caravaca), pero también se transforma y resignifica completamente el plano A, donde se encuentra la mayoría de la Humanidad, y a la que regresa (cuando regresa) el desconcertado y maravillado experimentante B, o mejor, el experimentante A-B, como afirma el mismo J. A. Caravaca.[9] Por ello, a José Antonio le falta lo que, por ejemplo, a un Whitley Strieber o a un Mike Clelland les abunda: experiencias vivenciales FNI, hasta convertirlos en monstruos de la ufología, en sobresalientes humanos FNI (tipos transicionalmente hiper2) – entre otros y otras semejantes -, capaces de conceptualizar y procesar de una forma interaccional-vivencial continua con el FNI, lo mismo que con el Agente Causal[10] (la Entidad) del FNI, aunque todavía sea solamente en un grado elemental[11]. No obstante, aunque posean el don de la vivencia FNI, es preciso reconocer que toda vivencia humana está condenada a la distorsión, al autoengaño, a la incompletitud, a la ilusión delirante, en lo cual también abundan estos dos pre-mutantes, que son W. Strieber y M. Clelland.

En conclusión, he establecido aquí – todavía como un mero esbozo o prospecto - que existen estos tres tipos y niveles humanos de acceso a los FNI, y, en general al fenómeno total realidad-irrealidad que experimenta cada persona. En el futuro trataré de demostrar que ésta es una manera novedosa y constructiva de abordar la investigación FNI, la cual propongo para la consideración, discusión y eventual uso de toda persona de buena voluntad que desee comprometerse integralmente con estos temas, y asumir las consecuencias que ello implique.

 



[1]Para que una aventura sea real, debes dejar el camino acostumbrado y entrar en la oscuridad". [T. del A.] Clelland, Mike, Hidden Experience: A memoir of owls, synchronicity, and UFO contact (p. 74). Edición de Kindle, Amazon, 2019.

[2] Existen ciertamente innumerables matices y diferencias dentro de cada categoría: por ejemplo, cuando leen sobre cierto tema, siguen el modelo 1, pero en otros temas, el modelo 2; o bien, cuando leen a un autor, lo mismo, pero cuando leen a otro, no; etc. Además, las personas pueden comportarse de una u otra manera dependiendo de las variables circunstanciales y sus modificaciones, aunque, en general, la mayoría de las personas tiende a categorizarse casi sin movilidad en una u otra clase desde temprana edad.

[3] La cuestión general, planteada filosóficamente, se enmarca en cómo se postura sicológica y epistemológicamente cada persona ante el fenómeno de “lo dado”, o lo previo al sujeto, o lo que está-ahí de una cierta manera independiente del sujeto.

[4] Por cierto, no estoy de acuerdo con Aristóteles, sobre todo en su determinismo antropológico naturalista, pero en la práctica (históricamente) tienden a darse efectivamente así las cosas.

[6] La experiencia transformativa que comencé a vivir abruptamente desde esa edad es tan densa, tan compleja, inusual, asombrosa, difícil, fluida, maravillosa, etc., que la iré compartiendo de a poco en futuras publicaciones.

[7] Este es un asunto para mí extremadamente difícil de conceptualizar y comunicar, aunque me he propuesto abordarlo y publicarlo, como uno de los motivos centrales de lo que creo me queda de vida “útil”.

[8] Volveré reiteradamente a tratar aspectos particulares de la propuesta de José Antonio.

[9] Comparto la apreciación de José Antonio, de que un experimentador de un Encuentro Cercano (EC), por ejemplo, un abducido, no accede propiamente a otro plano de realidad separado (B), llámese ovni, viaje interplanetario, interacción con alienígenas, etc., sino siempre se produce una fusión y confusión entre el plano sico-físico natural de la persona, y el plano indeterminado y anómalo (B) que aporta la Entidad-causa, produciendo una experiencia mixta e indeterminada que él denomina A-B.

[10] Equivalente al Agente Externo (AE) de J.A. Caravaca.

[11] Reconozco que existen gradaciones varias entre uno y otro tipo de experienciadores FNI; incluso, muchos de ellos, de gran envergadura teórica y considerados meramente teóricos y científicos de la ufología, tales como Jacques Vallée o John Mack, en realidad son experienciadores FNI por medio de la intuición, la inspiración, y otras facultades mentales inconcientes que la sicología actualmente ignora – hablaré de ellas en su momento -. Las variedades de tipos de experienciadores FNI son múltiples, pues van – por señalar algunos – desde los posibles charlatanes, sicóticos o con otros trastornos sicológicos, contactados, telépatas, médiums, embaucadores, niños, religiosos, agnósticos, ateos, abducidos, investigadores, con diferentes niveles de educación, de culturas distintas, militares, fantasiosos, etc. Innumerables más. Cada una de estas categorías, o factores distintivos, requiere de una identificación y estudio complejo, particular y diferenciado respecto de los demás, cuestión que por cierto no se ha hecho sistemática y ampliamente hasta el día de hoy.

martes, 10 de agosto de 2021

Zona de Fenómenos No Identificados

 

 

 

Proferir palabra, por el medio y forma que sea, es un riesgo y una traición para uno que se reconoce “en el borde de la realidad[1]. Asumo riesgo y traición como condición necesaria, pero también como virtud, para poder dirigirme a ustedes. Ustedes y yo seremos en adelante y siempre un matrimonio de acuerdos y desacuerdos mutuos – ya lo verán -.

He creado este blog (https://enelelqui.blogspot.com/) con la intención de que sea una “zona de fenómenos no identificados”. Esto es otra metáfora más - como lo es “el borde de la realidad” - del estado de realidad-irrealidad donde me encuentro existiendo. Insistiré en que cada palabra mía es conciente, intencionada y necesariamente una metáfora – es decir, un quid pro quo[2] -, y en concordancia con esta premisa y salvedad solicito sean acogidos en adelante – aunque también hacia atrás -, desde mis balbuceos absurdos e incomprensibles, hasta mis más claros e impecables silogismos.

 

¿Qué son los Fenómenos No Identificados (FNI)?

Este término y concepto que acabo de inventar pretende ser el rótulo temporal de una teoría innovadora y estimulante para el debate, que se adentra de una forma original en la inconmensurable zona gris y oscura que rodea a nuestra realidad tradicional (esto es, el sentido y experiencia fuertes de realidad[3]), en un degradé continuo, sin una frontera definida, hasta la experiencia y el sentido mismos de irrealidad. A esta experiencia humana totalizadora y suprema de existencia, la he concebido y nombrado como realidad-irrealidad[4], es decir, LO TODO.

Sin embargo, dado que el entender, y luego el aceptar (o no) mi teoría y experiencia de realidad-irrealidad no está al alcance de la mayoría de las personas, me avengo a abordar (temporal e inicialmente) estos temas desde una conceptualización y perspectiva tradicionales y establecidas, para su mejor comprensión. De ahí que he usado el rótulo “fenómenos no identificados”, pues ello lo entenderá de inmediato un público de la más variada condición. Si lo pusiera en palabras coloquiales, diría que se trata de todas aquellas cosas que NO son avaladas o aceptadas (como reales o verdaderas) por el conocimiento científico, por la experiencia común y corriente, por la conciencia de vigilia (o juicio de realidad), por una mente “sana” (sicológicamente), por autoridades validadas, por paradigmas de realidad preestablecidos, por creencias, etc.… Como se puede ver (y más), son muchos los filtros que se ha creado la Humanidad para establecer qué es “irreal” (falso, imposible, desconocido, etc.), y qué es “real” (verdadero, posible, conocido, etc.), pero también sin percatarse de cuán difícilmente sustentables y compatibles son unos respectos de otros. Por eso mismo es tan fácil que lo que es real o irreal para una persona, para otra sea justo lo contrario, o diferente. Un buen ejemplo de esto son los OVNIS, o, como los ha puesto de moda el Pentágono (2020), los denominados Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP[5]). Me parece un avance que el oficialismo norteamericano modifique el viejo y reducido concepto de “objeto volador” (UFO) para abrir ESO a un concepto más amplio e indeterminado (“fenómeno aéreo”), pero que tampoco excluye fenomenológicamente (como real fenómeno aéreo) al objeto (aparato) material y tecnológico dirigido por algún tipo de inteligencia, extraterrestre, o del tipo que sea[6]; o incluso lo que sea.

Esta amplificación también es lo que busco con mi concepto de “fenómeno no identificado”, pero llevado a su máxima amplitud, a su máxima inclusividad, a su máximo dominio posibles - ¡sorprendente y difícil tarea! -. Primero, el término fenómeno me parece adecuado, pues significa (nominalmente) que el hecho en cuestión no es propiamente un hecho necesariamente objetivable, como sí lo es, por ejemplo, la observación del planeta Venus, o de un Boeing 737 en pleno vuelo. Un fenómeno, tal como lo define el diccionario de la RAE en sus dos primeras acepciones, es: “1. Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción. 2. Cosa extraordinaria y sorprendente.”[7] Sin embargo, debe entenderse el fenómeno como “objeto de percepción”, no sólo en cuanto evento natural perceptible a través de los sentidos, sino también como toda experiencia de autoconsciencia y consciencia de los estados y eventos de la propia mente (autopercepción). ¿Cómo podrían no ser un fenómeno, por ejemplo, mis sentimientos, o mis recuerdos, o mis sueños? … De esta manera, cualquier contenido de la conciencia es un fenómeno, incluso aunque sólo exista como objeto mental, sin correlato en el plano físico perceptible. Este ámbito del concepto de fenómeno – como veremos - va a ser clave para la propuesta original e innovadora de mi tesis.

De otra parte, especialmente interesante y relevante para mi propuesta me parece la segunda acepción del término. Y es que, toda vez que un fenómeno se nos presenta como “no identificado”, natural y especialmente lo experimentamos como “cosa extraordinaria y sorprendente”… Más aún, en general, la connotación síquica y mental del término fenómeno es más potente y determinante, que su connotación física y sensorial (hecho). Éste es otro ámbito conceptual y temático de gran importancia para mi tesis, ya que sostengo que siempre un hecho o cosa es más fenómeno que hecho o cosa, lo cual posee insospechadas y aún inexploradas consecuencias para el ser humano y para su experiencia y concepto de realidad.

Así pues, sin avanzar por ahora en un análisis más amplio y analítico de este linajudo concepto de fenómeno, concentrémonos en su relación y sentido con lo “no identificado”. Sin duda, el concepto de fenómeno no identificado puede entenderse de muchas maneras. Intentaré resumir aquí, a manera de introducción, qué es lo que propongo entender por ello. Dado que ya estipulé que iniciaré mi periplo exploratorio utilizando como punto de partida un paradigma cercano a la mayoría de mis eventuales lectores, entiendo por ahora lo “identificado”, como aquello que los poderes dominantes de nuestro conocimiento actual, es decir, las Ciencias y los agentes sociales de poder fáctico – político, económico, mediático, armado, etc. – validan y utilizan como debida y correctamente identificado, junto con todo su campo semántico concomitante, hasta su pretendido contrario: lo no identificado (o lo inidentificable), y todo su campo semántico asociado. Identificado, por ejemplo, resulta ser, en biología, las células nerviosas del cerebro humano; o, los compuestos químicos de una gota de agua de mar; o, la conducta social de un colectivo determinado… No identificado para este paradigma, por ejemplo, son ciertos artefactos voladores comúnmente denominados ovnis; lo mismo que pueden ser no identificados algunos eventos luminosos en la atmósfera o en el aire; o bien, un nuevo virus... Pero – recordemos -, dependiendo del paradigma desde donde se experimenta y procesa cognitivamente lo que es identificado o no identificado, como por ejemplo para un paradigma científico, para otro paradigma, como por ejemplo un paradigma religioso, o espiritualista, o cultural, o simplemente en su realización en un individuo particular, puede ser hasta completamente diferente.

Hasta hace unos pocos años el concepto de “no identificado” resonaba ampliamente en el ideario popular mundial asociado al fenómeno de los ovnis. Aunque esto está cambiando – hablaremos de ello en futuros artículos -, queremos conservar temporalmente esta asociación y su carácter ejemplar. Más aún, es precisa y sobresalientemente el fenómeno de los ovnis y sus tripulantes alienígenas lo que ha llevado a derivar el fenómeno y su comprensión desde hipótesis iniciales principalmente extraterrestres (HET)[8], a una complejidad y heterogeneidad crecientes, que en los últimos años ha desembocado en teorías abiertas, integradoras y totalizadoras bien documentadas y plausibles, las cuales plantean la unificación fenomenológica, psicológica y ontológica – con algún tipo de naturaleza común y universal - de todo fenómeno no identificado para el paradigma científico y el sentido común natural humano, como un criterio marco mucho más verosímil, promisorio y justificable, que cualquier otro previo. Es decir, tras el fenómeno de los ovnis y de los alienígenas, en realidad hay una zona de realidad en la que coincide tal vez una causa o factor común, o una Entidad común, o un fenómeno unificado respecto de todos los fenómenos no identificados (es decir, inexplicables, anómalos, increíbles, fantasiosos, legendarios, místicos, forteanos, parapsicológicos, religiosos, ocultistas, mágicos, monstruosos, intuitivos, demoníacos, angélicos, espiritistas, históricos, fabulosos, sicológicos, etc., etc., etc.) para el paradigma tradicional de todas las culturas, incluso hasta para nuestra condición antropológica y natural. Dicho así, lamentablemente todo esto debe resultar casi incomprensible para cualquier persona. Sin embargo, ésta no es una teoría o planteamiento de mi invención – aunque pretendo introducirle importantes modificaciones innovadoras -, ya que se ha venido gestando progresiva y explícitamente desde hace más de un siglo, principalmente desde las áreas de la teosofía, del misticismo, del espiritualismo universal, de la investigación de algunos particulares en diferentes áreas, y del contactismo telepático y mediúmnico... De entre todas ellas, quiero destacar una teoría reciente que sostiene con notable síntesis y gran inteligencia una propuesta similar unificada y totalizadora de la fenomenología “ovni”, y de los fenómenos asociados que desafían nuestros más variados y “sólidos” conceptos de realidad e irrealidad. A saber, la Teoría de la Distorsión, de José Antonio Caravaca.[9] La exposición y desarrollo de su teoría está ampliamente elaborada y accesible en los medios que he citado en la nota anterior, de modo que recomiendo la lectura directa en sus fuentes, lo cual me excusa de exponerla yo, y aquí, menos fiel y sin sistematicidad. Volveremos con frecuencia a citar a este sobresaliente autor y referente tanto de la temática ufológica en particular y actual, como, en general, referente para la presentación de mi propia teoría, y para la exposición de mi experiencia personal con estos fenómenos no identificados (FNI).

Creo que con esto, lector, ya tienes bastante para digerir, de manera que acabo abruptamente aquí, y continuaré con estos temas en un próximo post

 

 



[2] Podría traducirlo sueltamente como: el “esto por eso”. El “quid” (esto) está a la vista y el entendimiento natural de ustedes, como por ejemplo si uso el término “ovni”, pero el “quo” (eso), lo que está más allá del mero término, concepto y experiencia de “ovni”, difícilmente podrán alcanzarlo, experimentarlo y conocerlo. En su momento explicaré por qué no.

[3] Por ejemplo, lo que se experimenta y se entiende como “realidad” desde las Ciencias, o desde el sentido común (realismo empírico).

[4] Vid. los diferentes artículos publicados (etiquetas: “realidad” e “irrealidad”) en mi blog Conócete a ti mismo: https://rodrigoinostrozabidart.blogspot.com/

[5] En inglés: Unidentified Aerial Phenomena.

[6] Aunque creo que la intención del gobierno norteamericano va justo en la dirección opuesta: quitar del fenómeno su carácter distintivo personal, inteligente e intencionado, para diluirlo en un mero “fenómeno aéreo” (natural) aún no explicado, entre otros fenómenos aéreos (naturales).

[8] En inglés: ETH (Extraterrestrial Hypothesis).

[9] Ver, su libro: DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa?, Amazon, 2019. Además, sus blogs: https://caravaca101.blogspot.com/y, http://caravaca.blogspot.com/

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